Entre los platos fuertes, un Arroz chaufa muy singular en su versión marinera de pulpo, langostinos y chipirón, trabajado al wok y un Quinoto colosal que merece relato aparte. Se trata de un risotto de quinoa con una base verde de cilantro fresco y guacatai, una yerba con intensidad algo mentolada, que coronan filetes de magret de pato casero sazonados con chalaquita, la salsa clásica de la causa de sake y sésamo.
En cuanto a pescados, también Lubina salvaje con puré, hongos shimeji y verduras estilo nikkei o el Pulpo a la brasa con yuca aliñada al pimentón y como carnes de vacuno, Solomillo de buey con patata criolla y un salteado de Lomo al wok con arroz y choclo, entre otras especialidades. El Queso desestructurado y el Chocolate en tres texturas pueden considerarse dos especialidades singulares entre los postres, lo que complementa con personalidad propia la responsabilidad culinaria y repostera del boliviano Brando, joven maestro de la cocina iberoamericana.